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Julio Cortázar en la Tradición Literaria Argentina - Araceli Otamendi
...Cortázar parte de la literatura tal como la define Borges, como quimérico museo que conjuga la retórica y la magia para transmutar la vivida maraña, la del vivir inmediato, en metáforas y mitos arquetípicos, aptos para siempre y por doquier. Como Borges, asiduo lector de la biblioteca de Babel, o como Lezama Lima, bibliográfo voraz de la de Alejandría, Cortázar también da cuenta de su universal bibliofilia...
Julio Cortázar en la Tradición Literaria
Argentina*
El
escritor Antonio Tabucci dice: "Creo tener algo común con Cortázar, que
quizá sea la búsqueda de lo fantástico en lo cotidiano". Y sigue diciendo:
"Creo que es un reto aplicar lo fantástico a lo cotidiano porque
normalmente lo cotidiano es banal, aburrido, previsible". (1) Tal vez ese
sea uno de los motivos por los que la literatura de Cortázar siga fascinando.
"Julio
estaba admirablemente instalado en su propia palabra, palabra siempre
apropiada" dice Saúl Yurkievich. "Hablaba con serena fluidez, con
amena gracia y con justeza extrema. Hablaba como quien ve claro y cuyo
pensamiento coincide sincrónicamente con la palabra enunciada. Julio estaba
admirablemente instalado en su propia palabra, palabra siempre apropiada.
Cortázar
parte de la literatura tal como la define Borges, como quimérico museo que
conjuga la retórica y la magia para transmutar la vivida maraña, la del vivir
inmediato, en metáforas y mitos arquetípicos, aptos para siempre y por doquier.
Como Borges, asiduo lector de la biblioteca de Babel, o como Lezama Lima,
bibliográfo voraz de la de Alejandría, Cortázar también da cuenta de su
universal bibliofilia".
Cortázar
colaboró en la revista Sur, donde también escribía Borges. Fue tan activo productor
como traductor, tradujo a Poe, Defoe, Gide, Giono, Keats, Yourcenar,
Chesterton. Cortázar, sigo citando a Yurkievich, concibe el cuento como
autogénesis, como maquinación reglamentada, que se concentra en una
narratividad autónoma. Cortázar acata la cerradura autárquica del cuento, la
practica ortodoxamente. Aprovecha la ilusión realista para crear una relación
de confianza psicológica por el inmediato funcionamiento de los mecanismos de
la identificación y de seguridad semántica por la proximidad entre mundo
narrado y mundo del lector. Cortázar consuma la simbiosis entre la condensada
dramaturgia del cuento propiamente dicho y lo fantástico como oscilación
irresoluta entre la causalidad convenida y otra indiscernible. Si bien la
cuentística es la obra vertebral de Julio Cortázar, la más asidua, la más
prolífica, no es la producción propiamente cuentística la que nos permite
conocer a Cortázar, dice Yurkievich. La apertura al mundo multívoco, a la
polifonía exterioro a la palabra
proliferante se realiza a través de otras obras de su narrativa:
"Historias de cronopios y de famas", "La vuelta al día en
ochenta mundos", por ejemplo. Tampoco hay que olvidarse de
"Rayuela" su novela más famosa, o de "62 Modelo para
armar". "Cortázar encarna todas las metamorfosis de ese genio
proteiforme que llamamos literatura. Cortázar, es en cierto modo, toda la
literatura" concluye Yurkievich.
*fragmento de la conferencia “La Tradición Literaria
Argentina” de Araceli Otamendi en la Biblioteca Nacional
de Chile, año 2003.
Bibliografía:
Saúl Yurkievich, Julio Cortázar, Mundos y modos, Editorial Minotauro.
(1) Carlos
Gumpert, Conversaciones con Antonio Tabucci, Editorial Anagrama