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Estás aquí:  Inicio >>  Educación/Universidad >>  La Reforma Universitaria - Centenario del nacimiento de Ernesto Giudici
 
La Reforma Universitaria - Centenario del nacimiento de Ernesto Giudici
 

...Se legitiman a partir de este hito en la historia de las políticas universitarias argentinas - la Reforma del ´18 - los conceptos de autonomía y cogobierno, y se establece un amplio consenso sobre la libertad y periodicidad de las cátedras, la extensión y la función social de las universidades, subrayando el rol indelegable del Estado en la educación superior...

Ernesto Giudici con John William Cooke

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

América Latina se caracterizó por disponer de centros universitarios que operaron cada uno en su momento y desde el siglo XVIII como focos de atracción regional: Córdoba, Chuquisaca, Lima, Buenos Aires, La Plata, Tucumán, etc

En 2008 se cumplirán 90 años del movimiento conocido como Reforma Universitaria de 1918, que introdujo cambios en las universidades argentinas, en ese momento eran tres: la de Córdoba, la de Buenos Aires y la de La Plata y posibilitó la idea de una comunidad libre y abierta y se establecía un amplio consenso sobre la libertad y periodicidad de las cátedras, la extensión y la función social de las universidades, subrayando el rol indelegable del Estado en la educación superior.

Por otra parte, en el mes de Septiembre de 2007 se cumplió el centenario del nacimiento de Ernesto Giudici, a quien la revista Ñ del diario Clarín le dedicó una nota firmada por Isidoro Gilbert, en su edición del 15 de ese mes. Ernesto Giudici además de un intelectual destacado, fue "... un dirigente de las organizaciones estudiantiles que recogieron la tradición del Grito de Córdoba de 1918 y la impronta que le dio a la Reforma Universitaria Deodoro Roca, quien fue su amigo pese a las diferencias políticas que abrumaban ya el espacio de la izquierda en los años ´30... " como afirma la nota de Isidoro Gilbert en dicho suplemento.

Gracias a las fotografías, cartas y otros documentos de su archivo personal, que el periodista y crítico de arte Alberto Giudici, hijo de Ernesto Giudici, facilitara a esta revista permitiéndonos la publicación, intentaremos rescatar para los lectores de Archivos del Sur la figura de Ernesto Giudici como así también su vinculación con la Reforma Universitaria y la universidad.

La Reforma Universitaria

En el año 2001 se publicó el Anuario 2001 de Educación Superior de la República Argentina, edición especial de la revista Cultura Segunda Época. Mi participación en el anuario fue hacer el relevamiento de datos y entrevistar a las autoridades de seis universidades, cinco nacionales - Universidad Nacional de Lanús, Universidad Nacional del Litoral, Universidad de Tres de Febrero y Universidad Tecnológica Nacional e Instituto Universitario Nacional del Arte -IUNA- - y una privada, la Universidad Torcuato Di Tella, para elaborar así los denominados casos que forman parte del anuario.

En el caso de la Universidad Nacional del Litoral, una de las más prestigiosas y antiguas del país, cuyo Rector el Ing. Mario Barletta, es actualmente Intendente electo de la ciudad de Santa Fe, en el citado anuario dice:

"Historia

"Indisolublemente vinculada al proceso histórico y político de la Reforma de 1918, la Universidad Nacional del Litoral nace el 17 de octubre de 1919, con sede de gobierno en la ciudad de Santa Fe. Puede decirse que la UNL es hija y expresión directa de la Reforma, movimiento que proclamaba la idea de una comunidad universitaria libre y abierta. Se legitiman a partir de este hito en la historia de las políticas universitarias argentinas - la Reforma del ´18 - los conceptos de autonomía y cogobierno, y se establece un amplio consenso sobre la libertad y periodicidad de las cátedras, la extensión y la función social de las universidade, subrayando el rol indelegable del Estado en la educación superior.

Emerge en este contexto, la idea de la universidad concebida como institución esencialmente ligaba a la sociedad y trabajando para el desarrollo social. ..".

 

En dicho anuario, dirigido por Patricio Lóizaga se afirma que "...salvo excepciones las universidades se ubican entre las instituciones menos cuestionadas, por lo menos en lo que a corrupción se refiere. Recuerda Barletta que la universidad está sujeta a múltiples procedimientos de control...".

En el libro Historia de la Argentina, editada por Crítica, de John Lynch, Roberto Cortés Conde, Ezequiel Gallo, David Rock, Juan Carlos Torre y Liliana de Riz, la Reforma Universitaria de 1918 es explicada de la siguiente manera:

"...Antes de 1919 el gobierno radical procuró reforzar sus vínculos con las clases medias apoyando el movimiento de reforma universitaria, La Reforma, que empezó en Córdoba en el año 1918 tras la creciente agitación protagonizada por los que pedían cambios en la educación superior. En aquel entonces había en Argentina tres universidades: la de Córdoba (fundada en 1617 por los jesuitas), la de Buenos Aires (1821) y la de La Plata (1890). El número de alumnos de estas instituciones había crecido de alrededor de 3.000 en 1900 a 14.000 en 1918. Durante un decenio o más antes de 1918 aumentaron en Córdoba las tensiones entre el orden clerical e invariable que gobernaba la universidad y las nuevas clases medias de origen inmigrante, cada vez más representadas por el estudiantado. Durante la guerra, las viejas exigencias de que se mejorara la enseñanza universitaria y se modernizara el plan de estudios se radicalizaron a causa de acontecimientos que ocurrieron fuera del país, especialmente las revoluciones rusa y mexicana. El movimiento reformista empezó en Córdoba con una serie de huelgas combativas y un torrente de manifiestos, todo ello organizado por un nuevo sindicato estudiantil, la Federación Universitaria Argentina. Los estudiantes exigían estar representados en el gobierno de la universidad, que se reformara el procedimiento con que se efectuaban los exámenes y que se pusiera fin al nepotismo en el nombramiento de los catedráticos, Durante gran parte de 1918 reinó la confusión en la Universidad de Córdoba y la ciudad que le daba nombre. En el año siguiente las huelgas estudiantiles se propagaron a Buenos Aires y La Plata.

El gobierno radical apoyó en todo momento a los estudiantes. En 1918 Yrigoyen envió a Córdoba delegados personales que eran favorables al movimiento reformista. Los delegados llevaron a cabo muchos de los cambios que los estudiantes juzgaban necesarios y procuraron establecer los vínculos entre los vagos ideales democráticos del radicalismo y el difuso conjunto de doctrinas que emenaba del movimiento partidario de la reforma. Más adelante, el gobierno puso en práctica reformas parecidas en la Universidad de Buenos Aires. Finalmente, las tres universidades recibieron estatutos nuevos que supuestamente garantizaban su autonomía, pero que, en realidad, las colocaban más directamente bajo el control del gobierno central. Cuando en 1919 y 1921 se crearon universidades nuevas en Santa Fe y Tucumán, en ellas se implantó el mismo régimen. Durante mucho tiempo el apoyo del gobierno radical a la reforma de la universidad se consideró como uno de sus logros más positivos y duraderos. En este caso Yrigoyen se las arregló para atacar una de las manifestaciones de los privilegios de clase, así como para asociarse con la democratización, sin verse burlado por la oposición conservadora...".

Ernesto Giudici y la Reforma

Si se lee la biografía de Ernesto Giudici se entenderá enseguida la vinculación de este filósofo con la universidad y la Reforma:

Ernesto Giudici. Apuntes para una biografía por Alberto Giudici

En los numerosos cursos, conferencias y escritos que Ernesto Giudici produjo a lo largo de más de medio siglo, hay un término que usó con frecuencia y que lo caracteriza: "lo uno-multivariado" o lo múltiple en la unidad. Esta constante de su pensamiento dialéctico se encuentra desde los primeros pasos de su militancia estudiantil. Una biografía de Giudici ha de ser, pues, como su pensamiento, variada y rica, sumergida en el fragor de los acontecimientos políticos y sociales y al mismo tiempo en su permanente reflexión teórica y filosófica.

Militante reformista

Ernesto Giudici nació en Buenos Aires el 17 de septiembre de 1907. En el inicio de su adolescencia una grave enfermedad en la columna lo mantuvo postrado casi tres años, la mayor parte del tiempo enyesado sin poder abandonar el reposo. Los cuatro primeros años del colegio secundario los dio libre en dos años tras reponerse de su enfermedad e ingreso a los 17 años a la Facultad de Medicina, todavía con pantalones cortos. Fue un alumno brillante de medicina, que cursó hasta el último año, interrumpida por su militancia política, Ayudante disector de anatomía descriptiva, 1927, practicante del Hospital Pirovano, 1929-30, practicante mayor del Hospital Pirovano, 1935, fue expulsado tres veces de la Facultad por su lucha contra la dictadura de Uriburu primero y contra el comienzo de la llamada década infame después, con el gobierno del General Justo. Fue presidente del Centro de Estudiantes de Medicina durante dos períodos, de la FUBA, 1932, y de la conducción de la FUA, defendiendo los principios de la Reforma Universitaria de 1918. Dirige una sostenida campaña contra la compra del voto en las elecciones universitarias, combate la intervención de la Universidad bajo el régimen de Uriburu y reclama la caducidad de las autoridades universitarias puestas "de facto" por el régimen militar. Producto de ello, es expulsado de la Universidad y despojado de su cargo de practicante mayor, ganado por concurso en 1935, por una simple resolución gubernamental. Prohibida su actividad hospitalaria, a pesar de haber sido reincorporado como alumno, renuncia a su carrera diciendo, en carta al doctor Bullrich, decano de la Facultad, que "le regala el título de doctor a cambio de su dignidad de hombre". Estaba a punto de graduarse. En 1932 es activo gestor en la preparación y los debates del Segundo Congreso Universitario Nacional. Publica sus primeros trabajos médicos, un estudio sobre cicatrices viciosas y "Sobre el proceso normal de cicatrización y algunas aplicaciones que se derivan de su estudio", en la revista del Círculo Médico Argentino, en 1929.

Fue autor de un proyecto de internado hospitalario presentado en el Consejo Deliberante de Buenos Aires y publicado en folleto en 1932. Además de sus estudios médicos, sigue cursos en las facultades de Ciencias Exactas, Derecho y Filosofía.

Militante y dirigente de la Reforma desde 1928 publica numerosos artículos trabajos sobre este tema, sobre la función social de la Medicina y la labor gremial de los médicos. Al ser expulsado del Hospital Pirovano, en 1935, su caso fue plateado por el concejal José Penelón en el Consejo Deliberante, así como su separación de la Universidad fue llevada a la Cámara de Diputados por el diputado León Tourres.

Bermann le auguró el triunfo y así fue. Quienes lo expulsaron pronto fueron desalojados por el alumnado con Giudici a la cabeza. Cicotti, aquel gran periodista italiano que emigrara de la Italia de Mussolini, al hacerle un reportaje lo presentó así: "el dirigente que ha volteado más pelucas universitarias; el más temible".

En 1932 había publicado Derechos que el despotismo anula (lo que la ley universitaria no puede callar). En prólogo a este trabajo, el profesor Gregorio Bermann decía que el "delito" de Ernesto Giudici. fue "haber hecho una apasionada defensa de los fueros del derecho y de la libertad". Y agregaba: "Giudici es uno de los jóvenes más representativos de su generación, uno de sus valores más efectivos. Se aúnan en él la inteligencia, una rica sensibilidad y la entrega a la acción, con ese raro temple de los hombres que van hasta el fin. Sus compañeros, reconociéndolo, lo eligieron sin oposición para el más alto cargo". Y más adelante: "Las autoridades ‘de facto’ de la Facultad se han ensañado con él. Le aplicaron la pena máxima. A punto de ser médico, le han privado del ejercicio de su vocación, que es uno de sus anhelos más sentidos, en una original e inquisitorial confiscación de bienes espirituales… Pero Giudici no se amilana por eso y razona jurídicamente su caso en este vigoroso alegato en que se revela tan buen abogado (…) pero en vez de quedar en el caso individual se eleva al hecho general por donde se ve su temperamento de legislador y líder, dando soluciones propias que deberán tenerse en cuenta al redactarse la ley y los estatutos universitarios".

Otras actividades universitarias

Sin pertenecer ya a la Universidad, mantuvo desde 1935 y por el resto de su vida, una constante preocupación por los problemas de la enseñanza y la organización universitaria, extendida a cuestiones educativas en general. Ha colaborado con sus publicaciones y su actividad en todos los movimientos estudiantiles sucedidos desde entonces. En 1947, publica Ciencia y política en la Universidad. En especial, llevó sostenida lucha contra la reacción clerical en la enseñanza y la cultura y contra el irracionalismo. Sobre este tema publica en 1958, Reacción clerical-rosista o laicismo y Universidad Nacional. En 1959, Problemas ideológicos, científicos, técnicos y filosóficos en la Universidad. Al entablarse la lucha contra la universidad privada y contra el artículo 28, alienta la lucha estudiantil con artículos y conferencias, y publica en "Cuadernos de Cultura", en noviembre de 1958, un artículo titulado Una lección de historia, donde define el sentido social, intelectual y moral de esa lucha.

En junio de 1959, en una conferencia en la Universidad de La Plata, propugna la enseñanza del materialismo dialéctico en la Universidad. Prepara, entre otros, un trabajo sobre El concepto de enfermedad (desde el punto de vista materialista dialéctico).

En 1966 publica uno de sus libros fundamentales en materia universitaria: Educación, revolución científico técnica y reorganización universitaria", Editorial Anteo. El libro lo subtitula "La segunda reforma" ya que propone un amplio plan de reestructuración de la Universidad. El tema había sido expuesto parcialmente en conferencias dadas en las Facultades de Ciencias Exactas (1964) y Ciencias Médicas (1965). En la línea del movimiento reformista iniciado en 1918, propone la necesidad de encarar lo que llama la Segunda Reforma de la Universidad. Advierte sin embargo que el hilo educacional del libro "es parte de un trabajo mayor, metodológico y sistemático relacionado con los nuevos y grandes problemas del mundo", signados por la gigantesca revolución científico-técnica - RCT -.

Se trata de un abordaje precursor dentro del pensamiento fosilizado de la izquierda ya que, según escribe Néstor Kohan en "La herejía de Ernesto Giudici - Filosofía y política en el marxismo argentino". Trabajo inédito. C.1995.

, plantea por primera vez en el campo marxista "la hipótesis novedosa de que la RCT no era reductible a una simple ‘nueva revolución industrial’ sino que constituía una nueva revolución, parcialmente independiente de las relaciones sociales" "Pero lo verdadera originalidad de Giudici, añade, fue sostener, contra la corriente predominante en aquel momento, que la RCT ‘ha venido en auxilio del capitalismo y de sus posibilidades, históricamente limitadas, pero posibilidades aún de desarrollo’". "Esta aseveración -agrega Kohan- presuponía de hecho poner en cuestión el esquema catastrofista en el análisis del capitalismo contemporáneo (…) y tratar de entender los beneficios que el capital podía obtener de los nuevos desarrollos científico-técnicos. Los nuevos patrones de acumulación capitalista y los procesos de reconversión actuales serían impensables sin los cambios en el proceso de trabajo que fueron implicados por la RCT, cuyos primeros problemas los comenzó a analizar Giudici en 1966 ¡hace casi tres décadas!", concluía Kohan hacia 1995, con signos de admiración ya que también indirectamente habían anticipado el colapso del sistema socialista al no prever esos procesos de reconversión.

Líder juvenil y militante político

En 1931 había ingresado al Partido Socialista, integrando luego la izquierda socialista que desde Mendoza impulsaba Benito Marianetti. Funda y dirige Cauce, órgano de la izquierda socialista, hasta que ingresa al Partido Comunista en 1934, continuando su actividad universitaria un año más.

Participante de diversas organizaciones juveniles, como el Comité Juvenil contra el fascismo y la guerra, presidió en 1935, un congreso argentino y fue delegado de la Federación Juvenil Comunista Argentina al segundo Congreso mundial de la juventud realizado en Pookeepsie, Estados Unidos, en 1938.

Periodista

Interrumpida su carrera universitaria, se dedicó profesionalmente, por vocación, a la labor periodística. Recorrió el interior del país estudiando sus problemas. En artículos como ¿Es la Argentina un país industrial?, La realidad argentina en cifras, y muchos otros, analizó la situación real del país en lo social, económico y político.

Fundó diversas publicaciones contra el fascismo; dirigió: Orientación; Propósitos; Vocero de la paz, El Popular, entre otros. Colaboró en Señales, dirigido por Rodolfo Puigros, Flecha (creada y dirigida por Deodoro Roca); Noticias gráficas; Mundo argentino; El sol; y fue redactor editorialista de Crítica. Colaboró en periódicos del exterior (Uruguay, Chile, Brasil, Estados Unidos, en La Antorcha, de París, dirigido por José Vasconcellos, en Repertorio americano, de Costa Rica, dirigido por García Monje, y en publicaciones juveniles y estudiantiles. También ha colaborado en Por una paz duradera y por una democracia popular, de Rumania, y en Problemas de la paz y el socialismo, en la Revista Internacional, de Praga. Durante la década del sesenta fue corresponsal de L’Unita, órgano del Partido Comunista Italiano. Llevó a cabo grandes campañas periodísticas de repercusión nacional e internacional, denunciando la infiltración nazi en América (1938-39), por el laicismo (1937-38 y 1958).

Con posterioridad a su renuncia al PC, en 1973, escribió para Nueva Sociedad, de Caracas; en Crisis, dirigida por Eduardo Galeano; colaboró regularmente en Icaria, publicación dirigida por Emilio Corbiere en los años del Proceso, y, en los últimos años de su vida, en El Informador Publico.

Escritor

Obras publicadas: El internado hospitalario y su reglamentación, 1932; Derechos que el despotismo anula (lo que la ley universitaria no puede callar), 1932; Ha muerto el dictador pero no la dictadura, 1932; Doctrina y táctica reformista. Reformismo y marxismo, 1933; Represión obrera y democrática. Se quiere legalizar la persecución a las ideas de progreso, 1936; Hitler conquista América, 1938; Imperialismo inglés y liberación nacional, 1940 (reeditada en 1974 por Granica Editor, y 1984, por el Centro editor de América latina, CEAL); Los comunistas en la defensa de la legalidad democrática, 1941; Reacción clerical-rosista o laicismo y universidad nacional, 1958; Ideología de la traición y la entrega, 1960; Problemas ideológicos, científicos, técnicos y filosóficos en la Universidad, 1959; Educación, revolución científico técnica y reorganización universitaria, 1966, Alienación, marxismo y trabajo intelectual, Ed. Crisis, 1974 .

Sosteniendo la necesidad de coordinar ideas y objetivos en torno a la cultura nacional, publica: Unidad hacia el congreso de la cultura nacional, 1939; y sus ponencias al Primero y Segundo Congreso de Escritores, publicadas en los boletines de la entidad en noviembre de 1936, septiembre de 1937, y octubre de 1939.

Mencionaremos también por su importancia teórica: La lucha ideológica en el plano educacional y cultural en función de la nueva realidad y los nuevos problemas, 1958; Acerca del "enemigo" principal en la cultura; polarización ideológica y dicotomía, 1957; Dialéctica de la crisis y de la unidad, 1962.

Publica numerosos trabajos jurídicos en defensa de las libertades y escritos de índole teórica como El Estado en el Código Penal y el recurso de amparo, 1948.

Sus trabajos, partiendo del hombre como unidad ante el mundo uno-multivariado, se suceden en la línea histórica del conocimiento, quebrada por la disociación metafísica -crisis actual- ante la cual urge la necesidad de la re-unidad en un plano superior. En este enfoque se incluyen diversos artículos de una filosofía humanista: Vidas sin sentido y suicidios con sentido de la vida, 1939; Adolescentes en épocas de transición; ¿Vale la pena vivir y luchar?; Prolongación de la vida; El hombre en el mundo y los mundos del hombre.

Dentro del campo de la filosofía se especializa en Metodología. Fruto de estos trabajos fue el curso paralelo de la cátedra de Lógica, dictado en diez clases, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y en la facultad de Humanidades de la Universidad de La Plata, en 1959, con el título general de Materialismo dialéctico, metodología y sistematización del conocimiento. El pensamiento filosófico del marxismo entraba en la Universidad Argentina.

La polémica Giudici-Astrada

Párrafo aparte merece A propósito de un libro de Carlos Astrada. La teoría del reflejo y la lógica según Lenin, 1957. Este trabajo, de singular contextura teórica, fue publicado en Cuadernos de Cultura, revista teórica del PC que dirigía Héctor P. Agosti, a raíz de la aparición meses antes del libro de Astrada Hegel y la dialéctica, donde el célebre pensador, considerado uno de los mayores del siglo XX en Argentina, se acerca al pensamiento filosófico marxista, aún cuando formula reparos a la teoría del reflejo de Lenin. El 2 de junio de ese año, Astrada le envió a Giudici una respuesta que el dirigente comunista entregó a Cuadernos de Cultura para su publicación, pero la dirección del PC vetó su aparición. Astrada la publicó por su lado en la revista Estrategia (diciembre de 1957) con el título La teoría del reflejo…y el ‘reflejo’ de un sectarismo masivo". En 1982 el historiador y dirigente socialista Emilio Corbiere reunió por primera vez ambos trabajos en la revista Icaria (N° 5, julio de 1982), que él mismo dirigía, aclarando que ambos textos sirvieron como material de discusión en las jornadas de actualización filosófica realizadas en 1977 con el auspicio de la Fundación Juan B. Justo. Aclara Corbiere que "Giudici realiza un magnífico esfuerzo para reelaborar la teoría leninista del conocimiento" y que esa postura aparece claramente enfrentada al dogmatismo mecanicista del marxismo. En tanto, Astrada tuvo muy en cuenta las observaciones de Giudici: en 1970 publica una nueva edición de Hegel y la dialéctica (Editorial Kairos) en el que suprime íntegramente el capítulo que había sido criticado por Giudici, lo que evidencia -a juicio de Néstor Kohan- que esas observaciones "no habían caído en saco roto". Por su parte, Corbiere señala que "frente al dogmatismo mecanicista imperante" y posteriormente a la repuesta de Astrada, Giudici publica también en Cuadernos de Cultura el trabajo Marxismo y alienación (Nos. 70/71, septiembre/diciembre 1964). Una década después, tras su renuncia al PC en 1973, Giudici reúne ambos textos en el libro Alienación, marxismo y trabajo intelectual (Editorial Crisis, 1974), agregando un prólogo y un epílogo donde puede explicitar con mayor claridad las divergencias que aparecían veladamente en sus trabajos anteriores frente a la ortodoxia marxista.

Actuación en el movimiento de la paz y la lucha antifascista

Cuando en el año 1932 hicieron su aparición en la Argentina legiones fascistas, siendo en ese entonces presidente de FUHA, propone una acción común y un mitin (Mitin de la libertad, Plaza Congreso, junio de 1932). A partir de ese momento lleva una acción permanente política, periodística y de investigación sobre el fenómeno fascista. En septiembre de 1934, es elegido presidente del Congreso Juvenil contra el Fascismo y la Guerra, realizado en Rosario. También fue secretario general del Comité de Ayuda a los Antifascistas Italianos. Como director de Contra el fascismo, señalaba ya en 1935, las características del proceso de fascistización en la Argentina. En 1937, inició una gran campaña periodística contra la penetración nazi en América y Argentina, que conmovió al país y dio motivos a las investigaciones parlamentarias posteriores. Fruto de esa campaña fueron numerosos artículos y el libro Hitler conquista América. A medida que progresa el fascismo en el mundo y se acrecienta el peligro de guerra, se desarrolla el movimiento por la paz, en el que participa activamente. Otros trabajos sobre problemas ideológicos y filosóficos relacionados con el fenómeno fascista incluyen: La filosofía actual y el pensamiento fascista frente a la ciencia y el marxismo, 1935; La unión contra el irracionalismo, 1935; El pensamiento fascista en la cultura. Filosofía y dialéctica, 1935.

En agosto de 1932, al estallar la guerra paraguayo-boliviana, como dirigente estudiantil promueve la acción de los estudiantes junto con las fuerzas populares para denunciar el carácter de esta guerra.

Promueve luego una acción ante la ruptura de relaciones entre Argentina y Uruguay (1932) y preside una delegación fraternal a este último país. Actúa en el Movimiento de Partidarios de la Paz, desde su iniciación en abril de 1949 y es secretario del Consejo Argentino por la Paz, desde 1949 hasta 1954. Fue designado miembro del Consejo Mundial por la Paz, en la reunión de Budapest del 20 de junio de 1953. Ha asistido en tal carácter a asambleas y congresos de este organismo en Estocolmo, Viena, Helsinki, Berlín, México, Montevideo, etcétera. Algunos de sus discursos fueron publicados en órganos de esa entidad.

Al estallar la segunda guerra mundial, publica inmediatamente, en marzo de 1940, Imperialismo inglés y liberación nacional, y La Argentina y la guerra, donde analiza las bases para la independencia económica del país y su consiguiente desarrollo industrial. Ha contribuido también con trabajos teóricos al estudio del problema de la paz.

Por el laicismo

Ante los avances de la reacción clerical en la enseñanza, realiza campañas periodísticas y de conferencias, participando también en Comisiones con destacados políticos de la Argentina. De igual modo apoya desde la prensa y la tribuna al movimiento estudiantil, en contra del artículo 28.

Actividad política de masas

Como dirigente del Partido Comunista y designado por éste, participó en numerosos movimientos de masas surgidos por imperativo de la situación política nacional y mundial (movimiento antifascista, movimiento por la paz, Cabildo Abierto de la Democracia y actualmente, representante del Partido Comunista en la Junta Interdisciplinaria).

Apoderado general del Partido Comunista

Como apoderado general del Partido Comunista argentino, no solo defendió permanentemente los derechos legales de dicho partido a intervenir en la actividad política del país. También lo abordó teórica y jurídicamente en un país sometido a reiterados quiebres institucionales y una legislación que desde los años de la nefasta Ley de Residencia produjo numerosas leyes o decretos-leyes para reprimir las ideas de izquierda. Cuando en el año 1936, Sánchez Sorondo presenta un proyecto de ley contra el comunismo, Giudici publica Represión obrera y democrática. Se quiere ligar la persecución a las ideas de progreso, 1936.

En el Décimo Congreso del Partido Comunista produce su informe Los comunistas en la Defensa de la Legalidad Democrática, 1941.

Fue autor de numerosos trabajos sobre temas político-jurídicos, creando la Comisión Jurídica del Partido Comunista desde donde elaboró trabajos sobre las leyes represivas, el Frente Interno, y otros.

Con dicha Comisión publicó: Anticomunismo es reacción y entrega. Respuesta del Apoderado General del Partido Comunista a la presentación del Procurador Fiscal, en nombre del gobierno del Dr. Frondizi, por la cual se solicita la cancelación de la personería electoral y la disolución del Partido Comunista, 1959. También publicó trabajos de carácter teórico sobre el problema Teoría y práctica de la legalidad, 1960; Libertades democráticas y Frente Político-Jurídico, 1960; y una obra, aún inédita sobre Las luchas por las libertades democráticas a partir de 1930.

Actividad política

Como miembro del Comité Central del Partido Comunista, ha sido candidato a senador, diputado y representante a la Asamblea Constituyente de 1957. En el XI Congreso del Partido Comunista (agosto de 1946) fue informante sobre Educación y Cultura. En el X Congreso de 1941, dio el ya mencionado informe sobre los comunistas en la defensa de la legalidad democrática. En 1962, luego del golpe de Estado que derroco al gobierno de Arturo Frondizi, representó al Partido Comunista en la llamada Junta Interpartidaria. Representando al Partido Comunista participó como Delegado fraternal en Congresos del Partido Comunista de Brasil y del Partido Socialista Unificado de Alemania. Su acción política en la aplicación de la línea partidaria, se expresa al mismo tiempo, en claros análisis marxistas sobre los problemas más diversos de la realidad nacional e internacional, extrayendo siempre una conclusión que es una guía para la acción militante concreta. Editoriales y colaboraciones en la prensa comunista argentina (La Hora; Orientación; Juventud; Nuestra Palabra; Nueva Era) y extranjera (L’Unita, de Italia; El Siglo, de Chile; El Popular, de Uruguay) registran paso a paso esa actividad. Mencionamos especialmente por su importancia, su análisis sobre las izquierdas titulado Neocapitalismo, Neosocialismo, Neomarxismo, en Cuadernos de Cultura, ¿Qué es la izquierda?, noviembre-diciembre de 1960.

Exilio, Detenciones

Su actuación en el Partido Comunista, en los movimientos estudiantiles y de masas, le valió ser perseguido y detenido desde 1930 a lo largo de toda su vida. Producido el golpe de Uriburu y al enfrentar la intervención militar en la Universidad, tuvo que exiliarse en Montevideo, donde residió un año y donde, antes de regresar y producido el fallecimiento de Uriburu, escribe Ha muerto el dictador pero no la dictadura, que publica en Buenos Aires. En Montevideo, había trabado relación epistolar con José Vasconcellos, el máximo exponente de la renovación cultural que trajo aparejada la Revolución Mexicana de 1910 e impulsor del muralismo que hará historia en el arte de México y de toda América. (Ver foto en homenaje a E.G. al ser reincorporado a la Universidad, en 1932. Presencia de Vasconcellos, Zamora, creador de la editorial Claridad, José Peco)

Eternidad de cárceles que es otro timbre de honor en la historia de un luchador. Distintos organismos de represión ejecutaron medidas contra el orden político: Sección especial, SIDE, DIPA o sencillamente, como formuló en 1962 el entonces ministro de Interior, los "órganos de seguridad del Estado".

El "caso Giudici" y una revolución en la jurisprudencia argentina.

Estuvo encarcelado en la Penitenciaría Nacional; cárcel de Villa Devoto; Policía del Chaco y Corrientes. En 1962/63 sufre una prolongada detención en las cárceles de Caseros, Río Bamba, Santa Rosa (La Pampa), nuevamente Río Bamba y Villa Devoto. Nuevamente, como hacía destacado Gregorio Bermann cuando Giudici fue expulsado de la Universidad e hizo de su caso individual una cuestión de derecho, la prolongada detención de lo que se conoce como el "caso Giudici" dio lugar a una abundante jurisprudencia sobre la situación del preso político en las condiciones del Estado de sitio, el valor del habeas corpus y la invalidez de los decretos-leyes producidos bajo un gobierno de facto. Su defensor, el doctor Samuel Shmerkin reunió todas sus presentaciones y las respuestas de los jueces en el libro A disposición del Poder Ejecutivo - Caso Ernesto Giudici - Habeas Corpus, Editorial Nuevo Derecho, 1963. En ese libro, Shmerkin señala que en los 32 años que mediaban entre el golpe de Estado de 1930 y el 25 de junio de 1963, cuando concluye su trabajo, el país había vivido 17 años, 2 meses y 16 días bajo la vigencia del estado de sitio, con lo que se desvirtuaba su justificación de "estado de emergencia" para convertirse de algo transitorio en algo permanente que deja en estado de indefensión al derecho a un proceso justo. Giudici había sido detenido el 2 de noviembre de 1962 y puesto a disposición del Poder Ejecutivo por el gobierno "de facto" del Doctor J. M. Guido (decreto N° 11.932/62) tras el derrocamiento del gobierno constitucional de Arturo Frondizi. En virtud del estado de sitio es mantenido preso hasta agosto de 1963 sin ninguna imputación. Shmerkin demuestra que "su prisión ha sido dispuesta ‘sine die’" al no explicitarse los motivos y que ello comporta ya una pena. El 7 de julio de 1963 al realizarse elecciones presidenciales (con el triunfo del doctor Illia), el estado de sitio es levantado y dispuesta judicialmente su libertad, pero al trasponer la cárcel de Río Bamba, Giudici y otros 20 presos políticos también liberados son secuestrados y llevados a una dependencia del Departamento Central de Policía. Al día siguiente, restablecido el estado de sitio, es nuevamente puesto a disposición del PEN y trasladado a la cárcel de Villa Devoto, permaneciendo en la Zona de la Guardia Armada hasta el 2 de agosto de 1963 en que es puesto en libertad. Durante su detención en Devoto, Giudici envía una colaboración a los cursos de temporada de la Universidad de Buenos Aires, que ese año se realizan sobre el tema de "La transformación del derecho". No solo relata su caso, sino también el de muchos presos políticos y también presos comunes, con los que les tocó convivir. Este texto es publicado poco después de su libertad bajo el título Decretos-leyes, artículo 23 y presos políticos, Ed. Anteo 1963 y en un apéndice redactado después del 12 de octubre de ese año, cuando ya asumieron las nuevas autoridades constitucionales (el gobierno del Dr. Illia), establece un principio fundamental del derecho argentino que recién será incorporado en la Reforma Constitucional de 1994. Hasta entonces, con el pretexto de la llamada "continuidad jurídica", los decretos-leyes de los gobiernos de facto pasaban a formar parte del cuerpo legal de los gobiernos constitucionales, por los que éstos asumían atenazados en su accionar. Ello había ocurrido en 1958 cuando asumió Frondizi y el Parlamento, en nombre de la "continuidad jurídica", aprobó a libro cerrado todos los decretos leyes de la dictadura militar. "Los decretos-leyes tienden a aprisionar al nuevo gobierno", escribe Giudici, agregando que estos "pierden de hecho su vigencia al jurar el nuevo gobierno, aunque no sean anulados explícitamente. La legalidad constitucional plena se restablece, pues, automáticamente. No se trata, entonces, de esperar que la justicia dictamine acerca de la inconstitucionalidad de muchos decretos en cuanto a su contenido; son, desde ya, inconstitucionales en la forma", agregando que los dictados bajo el gobierno de facto han caducado el 12 de octubre con el gobierno que los dictó y advirtiendo que no deben ser aprobados en nombre de la "continuidad jurídica" como había ocurrido al asumir Frondizi. Giudici murió en 1992 y no alcanzó a ver un principio por el cual había bregado durante años como apoderado del Partido Comunista y presidente de la Comisión Jurídica de dicha organización: la inconstitucionalidad de todo gobierno de facto y por lo tanto la nulidad automática de todas las leyes o decretos-leyes dictados bajo los regímenes de fuerza, incorporada como ley de la Nación en la Constitución de 1994. Este fue uno de los grandes aportes de E.G. al derecho constitucional argentino, pero tuvo que ocurrir el genocidio del Proceso para que los legisladores tomaran conciencia de ello.

El "caso Giudici" había tenido resonancia continental. La comisión ejecutiva del Movimiento por la Libertad de Ernesto Giudici era presidida por Carlos Astrada y habían pedido por él la Junta Interpartidaria (integrada por los partidos Justicialista, Socialista de Vanguardia, Social Progresista, Intransigencia Nacional, Movimiento Popular Argentino y Comunista), la SADE, numerosas instituciones universitarias y sindicales, personalidades como Ezequiel Martinez Estrada, Telma Reca, Vladimiro Acosta, entre otros, y los Parlamentos de Chile y Uruguay.

La nueva legalidad duró poco. En junio de1966, Illia es derrocado por un golpe de Estado encabezado por el general "constitucionalista" J. C. Onganía. La Universidad es nuevamente intervenida y el plan de reforma universitaria, que E.G. había llamado "segunda reforma" queda en la nada. Hay una orden de detención contra él emanada por el nuevo régimen de facto y Giudici vive entre 1966-73 en un pequeño departamento de un ambiente, lejos de sus libros y de su familia.

En esos años madura sus trabajos filosóficos y también sus discrepancias con la dirección del PC. Ya a comienzos de los 60, un libro que resumía su pensamiento filosófico y listo para publicar había sido vetado por una "Comisión" presidida por el entonces secretario general del PC, G. Álvarez. Todavía permanece inédito. En 1972, en su condición de apoderado del PC, denuncia el Gran Acuerdo Nacional (GAN) y la salida electoral impulsada por Lanusse, que era bien vista en la cúpula partidaria a tal punto de advertir, el PC, del peligro de un "golpe a la brasileña" como después, en los años del Proceso, defendería al videlismo frente al "peligro" de un golpe "pinochetista". Numerosos artículos publicados por E.G. entre 1971-73 en la ilegal prensa partidaria marcaban un claro punto de diferenciación con la postura conciliatoria de la dirección del PC hacia la "salida democrática" del GAN. Nuevamente advierte el peligro de una ficción electoral que busque perpetuar el poder militar a través de la "continuidad jurídica". Y ya producido el triunfo del FREJULI que lleva al gobierno al doctor Cámpora toma distancia de lo que considera una posición derechista, oportunista de la dirección partidaria, incapaz de ver las perspectivas de cambio que se abren con el regreso del peronismo al poder.

Es cuando se produce su resonante renuncia al PC, en octubre de 1973, e inmediatamente la publicación de Carta a mis camaradas donde da los fundamentos de dicha renuncia. "Con Cámpora asciende al gobierno lo más combativo, de aspiración revolucionaria, del peronismo", dirá. Pero el 16 de junio, apenas cuatro días antes de la masacre de Ezeiza y todavía estando en el PC, había advertido: "La lucha por la hegemonía del proceso va a estallar dentro de poco en el propio FREJULI. Es decir, el proceso no será tranquilo ni pacífico. Las luchas van a ser muy grandes, muy importantes y quizás también violentas. El problema central es el poder, el poder disputado dentro del poder mismo por fuerzas antagónicas. El poder militar-policial represivo no ha sido derrotado, se ha replegado en parte. Si el gobierno actual no destruye ese aparato, tendrá dentro de sí mismo a un gran enemigo". Profética radiografía de lo que vendría. Y añadía en esas vísperas trágicas del 16 de junio: "Hay que participar para ayudar fraternalmente a la izquierda peronista a que derrote a su propia derecha y a la derecha del FREJULI".

En las palabras finales de Carta a mis camaradas escribe: "No renuncio al comunismo. Y porque no renuncio al comunismo es que renuncio a un Partido en el cual ya no puedo ser comunista". El texto de renuncia, dirigido al secretario general el 30 de octubre de 1973, era por demás escueto y elocuente: "Presento al camarada secretario general mi renuncia de afiliado al Partido Comunista, en el cual y desde el cual realicé durante cuarenta años mi militancia revolucionaria".

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La publicación de esta biografía así como de las fotografías de Ernesto Giudici ha sido posible gracias al acercamiento y la autorización de Alberto Giudici.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

imágenes:

arriba: Ernesto Giudici es perseguido por la policía, fotografía publicada en el diario Crítica

arriba: Ernesto Giudici con John William Cooke

abajo: Ernesto Giudici hacia el final de sus días

Para la elaboración de esta nota se han consultado los siguientes libros y

publicaciones:

Quentin Skinner, Lenguaje, política e historia, Universidad de Quilmes

Anuario 2001 de Educación Superior de la República Argentina, Edición Especial de la Revista Cultura Segunda Época

Juan José Sebreli, Crítica de las ideas políticas argentinas, Editorial Sudamericana

Félix Luna, Ortiz - Reportaje a la Argentina Opulenta, Editorial Sudamericana,

John Lynch, Roberto Cortés Conde, Ezequiel Galllo, David Rock, Juan Carlos Torre y Liliana de Riz, Historia de la Argentina, Editorial Crítica

Gilbert Isidoro, Un filósofo en el Partido Comunista, Revista Ñ del diario Clarin, edición del 15-9-2007

 
Documentos :
Portada del libro de E. Giudici
Portada del libro que reunió los artículos de Ernesto Giudici publicados en el diario Crítica
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