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Para empezar, entiendo la desazón femenina de las solteras o divorciadas ante tal inoportuna desigualdad, la cual puede volverse desesperante para ellas porque de esos 83 machos y medio (por cada cien señoras y señoritas) hay que descontar los ocupados (casados o con novia estable), los separados que no quieren repetir la experiencia, los gays, y finalmente, obvio, los desahuciados (deprimidos, aburridos, muy feos, o los que tienen plata ni para invitarlas a tomar un agua mineral). ..
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(Buenos Aires) Luis Buero
Las minas de Buenos Aires tienen una nueva excusa para sentirse víctimas o inocentes discriminadas por la naturaleza: una encuesta de hogares realizada por el gobierno porteño indica que en esta ciudad hay 250.000 mujeres más que hombres. Según ese informe, entre los habitantes de la Capital Federal hay 83,6 tipos cada 100 mujeres. Sin pretender entender cómo se representa físicamente un 0,6 de varón (eso se lo dejo a vuestra imaginación), si me parece útil agregar una información que seguramente esa estadística no contiene.
Para empezar, entiendo la desazón femenina de las solteras o divorciadas ante tal inoportuna desigualdad, la cual puede volverse desesperante para ellas porque de esos 83 machos y medio (por cada cien señoras y señoritas) hay que descontar los ocupados (casados o con novia estable), los separados que no quieren repetir la experiencia, los gays, y finalmente, obvio, los desahuciados (deprimidos, aburridos, muy feos, o los que tienen plata ni para invitarlas a tomar un agua mineral).
También es cierto que en el país hay localidades con climas inhóspitos, y posibilidades laborales muy rudas o sacrificadas, que no incentivan la inmigración femenina. Entonces las chicas se mudan de la Patagonia o la Quebrada de Humahuaca a Barrio Norte y Palermo, donde sobran los shoppings, peluquerías y cafés temáticos.
Pero si prestamos atención a los resultados de esta clase de investigaciones nos enteraremos que en realidad nacen más hombres que mujeres, pero fallecen antes. Esa es la gran verdad que no se dice. Las mujeres pueblan hoy en mayoría los salones para solos y solas, los cursos de terapias del arco iris y las casas de retiro y geriátricos. Mientras que sus Romeos están desde hace tiempo mirándole la raíz a la lechuga.
¿Por qué pasa eso? Dado que gracias a Dios en nuestro país la única guerra que existe es la de las vedettes, no se puede afirmar que faltan hombres por culpa de un frente de batalla. La cosa no pasa por ahí. Ellas son longevas y esto es, supongo, debido a que:
1) Su organismo es tan complicado que las hormonas no se ponen de acuerdo ni para decidir cuándo partir al campo santo.
2) No sufren el stress que ocasiona convivir con una esposa, y que al propio Adán le costó perder nada menos que el Paraíso.
3) Versace nunca diseñó un estilo de mortaja que a algunas damas las “diera vueltas” usar.
4) Están esperando que Arjona escriba la canción Señora de las Siete Décadas.
5) Cuando en la noche las despierta un ruido extraño, ellas siempre dicen: “negro, anda a ver que me parece que entraron ladrones”.
En fin, todo esto me recuerda que mi padre deseaba tener un hijo varón, pero cuentan que cuando nací yo era tan feo que al verme, mi viejo salió gritando “¡una chancleta, una chancleta!”. Todos le preguntaron: ¿”Es una nena”?. Y él dijo: “¡ No! denme una chancleta a ver si de un golpe le puedo arreglar la cara a este monstruo!”.
(c)Luis Buero
Luis Buero es escritor y docente luis_buero@yahoo.com.ar www.luisbuero.com.ar
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