Hay que realizar una profunda transformación del sistema educativo posterior al ciclo básico, desarrollando un sistema paralelo al del secundario, orientado a la capacitación y al empleo de los jóvenes.
Felipe A. M. de la Balze. Economista y negociador internacional. Clarin
Si queremos recuperar el tiempo perdido, crecer sostenidamente y erradicar la pobreza necesitamos otorgarle un rol privilegiado a la educación y al entrenamiento profesional de nuestros jóvenes.
Estudios realizados en numerosos países confirman que la educación de los jóvenes contribuye a acelerar las tasas de crecimiento del PBI. La educación incrementa la capacidad de la población para absorber y utilizar nuevos conocimientos y genera mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios y nuevos procedimientos que caracterizan el proceso de crecimiento. Además, la educación promueve la iniciativa y el sentido empresario en la población. A su vez, una mano de obra entrenada y flexible atrae la inversión al reducir los costos y los riesgos de la innovación.
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