Comprender el concepto de diversidad y sus implicaciones en la formación de profesores, pedagogos o psicopedagogos es difícil. A los problemas derivados de la conceptualización y selección de contenidos, hay que añadir los vinculados al hecho de que la respuesta a la diversidad exige algo más que un acercamiento formal al tema. Más aún, en la base de la actuación de los futuros profesionales pesan actitudes, valores, experiencias personales, biografías previas, que modelan y matizan las respuestas que se diseñan y desarrollan ante la diversidad. Este artículo plantea algunos principios que pueden servir de guía al indicar las condiciones contextuales y didácticas para una formación sobre diversidad. Asimismo analiza dos estrategias de formación (estudio de casos y experiencias de campo) que intentan ir más allá del conocimiento formal y académico sobre la misma. Son estrategias y procedimientos que pretenden situar al estudiante (sea de forma vicaria, sea real) en un contexto de diversidad. Y más allá de ello, contribuyen al análisis sobre los propios valores, controversias y conflictos que con frecuencia se desatan en los contextos educativos y personales diversos.
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