Quienes hemos vivido la experiencia de dirigir un centro educativo, sabemos que el tiempo del director de una institución se consume en la resolución de tareas; si no más importantes, por lo menos, más urgentes. Si bien este texto no pretende abordar con rigor académico el papel de un directivo, he considerado importante la descripción de la experiencia, con la intención de que llegue a convertirse en el inicio de un ejercicio reflexivo que abone al entendimiento de la figura directiva en una institución.
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