La publicación en 2001 del Common European Framework of Reference for Languages (Marco Común Europeo de Referencia, en castellano) debería marcar “un antes y un después” en el quehacer profesional de las personas dedicadas a la enseñanza de lenguas. Este artículo pretende llamar la atención sobre las implicaciones que tiene la utilización del MCER en el ámbito escolar.
Tras un breve recorrido histórico en el que se señalan los antecedentes del Marco y su posterior influencia en los Portfolios Europeos de las Lenguas, se apuntan algunas ideas-clave para entender la filosofía que subyace al proceso “de convergencia” iniciado en España con su entrada en la Unión Europea en 1986.
Sin aspirar a ser exhaustivo ni original en sus planteamientos, este escrito resume con cierto espíritu crítico algunos aspectos que el profesorado ha de tener en cuenta a la hora de llevar a las aulas las orientaciones que propugna el Consejo de Europa sobre el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de competencias en lenguas.
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