Hace poco más de una década, en marzo de 1990, tuvo lugar en Jomtien, Tailandia, la Conferencia Mundial de la educación convocada por varias organizaciones de las Naciones Unidas: el Banco Mundial, la UNESCO, la UNICEF y el PNUD. En ella se estableció la iniciativa mundial "Educación para todos" con el objetivo de erradicar el analfabetismo hacia el año 2000 mediante la provisión de educación básica para todos, niños y adultos. La iniciativa fue suscrita por 155 gobiernos, entre ellos el de México; 33 cuerpos intergubernamentales y 125 organizaciones no gubernamentales. Los documentos generados en aquella oportunidad (la Declaración Mundial de Educación para Todos y el Marco de Acción para Enfrentar las Necesidades Básicas de Aprendizaje) constituyeron una referencia fundamental para el desarrollo de las políticas públicas de educación básica, educación de adultos y programas compensatorios durante los años noventa. A una década de distancia, en abril del 2000, se verificó otra Conferencia Mundial, esta vez en Dakar, Senegal, para realizar una evaluación general sobre el cumplimiento de las metas del programa.
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