El periodismo salvadoreño en el año 2002 estuvo marcado por la presión política, empresarial y las agresiones a la prensa de parte de distintos actores. Una característica que parece afincarse en el trabajo de campo es el riesgo a reportear cualquier evento público. Sufrir el impacto de una bolsa con agua o un empellón puede suceder en cualquier evento público, desde una huelga de médicos hasta en una pelea de vendedores callejeros que protestan por su desalojo.
¿La prensa salvadoreña sufre un problema de credibilidad o el respeto al derecho a informar no existe? Las encuestan todavía registran a los medios de comunicación, después de la Iglesia Católica, como uno de los sectores con mayor credibilidad en el país.
Entonces ¿qué origina las agresiones verbales y físicas contra los fotoperiodistas y reporteros cuando realizan su trabajo? Y finalmente, ¿cuál es el trabajo de un periodista? ¿Debe dejarse informar a un periodista claramente identificado con el gobierno u obstaculizarlo a toda costa? ¿Es el periodista el responsable de la línea editorial del medio que representa? ¿Hay comunicadores de derecha o izquierdas? Lo cierto es que el año 2002 estuvo determinado por la agenda preelectoral y ningún hecho noticioso pudo verse al margen del contexto político. La mayoría de la población reconoce cuándo un periódico o un canal de televisión está tomando parte.
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