La obra de María Gracia Castillo, Alma Dorantes y Julia Tuñón, plantea el complicado asunto de la práctica ordinaria, a través de la narración de la profesora Wilebalda Rodríguez Manríquez. Relato que da cuenta de una realidad particular donde se conjugan lo privado y lo público, los espacios de sociabilidad activa de la familia, el pueblo, la institución educativa y el lugar laboral; en un recorrido temporal desde principios hasta mediados del siglo pasado. Una lectura minuciosa del libro, me ha llevado a reflexionar sobre cuatro campos interesantes y debatidos: la educación formal, el magisterio, la mujer y el cruce de las fronteras cualitativas del relato de vida, como parte de los nuevos planteamientos de la historia oral.
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