Es raro encontrar un libro que empiece por una invitación al gozo producido por el saber y por la generación del conocimiento, cuando se trata de temas relacionados con la formación para la investigación. Generalmente, en los libros que abordan estos temas, se espera un tratamiento un tanto árido al que le cuesta convivir con subjetividad, donde la pasión y el placer sean reconocidos como partes fundamentales del proceso de creación científica.
|