En este trabajo quisiera afinar un planteamiento ya tratado en otras ocasiones, el de la relación de la evaluación con dos elementos básicos: a) la autonomía, más concretamente la autonomía de los académicos y la autonomía del conocimiento, estos dos últimos conceptos íntimamente relacionados con, b) la libertad de cátedra. En términos generales, buscaría precisar el significado de autonomía en un sentido que me parece especialmente importante para los universitarios en la situación actual. Asimismo quisiera relacionar la noción de autonomía en el ámbito de las comunidades académicas y su importancia para una libre producción del conocimiento. Esta cuestión se materializa en lo que comúnmente se ha conocido como libertad de cátedra, profundamente ligada con la libertad de investigación.
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