La proliferación de las llamadas radios libres -emisoras de Frecuencia Modulada sin intereses comerciales-, la popularidad de los periodistas radiofónicos, la participación de los oyentes en los programas -a través del teléfono o las ligeras unidades móviles-, así como la sencillez de los aparatos de radio, su tamaño y ubicación en automóviles de cualquier lugar, expresan la vitalidad de este medio, a pesar de la competencia de la televisión, vídeo, ordenadores y otros ingenios que nos llegan sin cesar.
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