Cuando reflexionamos, escribimos o hablamos sobre la lectura nos vemos abocados casi siempre a aclarar de antemano qué entendemos por lectura o a qué dimensión de ésta nos referimos. Así, puede que hagamos alusión al aprendizaje del código (alfabético en nuestro caso), a los procesos de comprensión de textos o tal vez al papel cultural de ser lector. Ello se debe, sin duda, a que todos estos aspectos son propios del estudio sobre el tema, teniendo elementos y puntos comunes pero, al tiempo, dimensiones relativamente singulares y diferenciales, dependiendo del objeto en que nos centremos particularmente. Por ello, vamos a tratar de sintetizar cuáles son las grandes líneas de reflexión en este ámbito y cuáles han sido las aportaciones de mayor interés. Como punto de partida enmarcamos nuestra reflexión en un trabajo realmente esclarecedor de Wells (1987).
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