Desde mi punto de vista- compartido por otros profesionales del medio – la televisión no ha creado todavía su propio lenguaje salvo en aquellos aspectos estrechamente vinculados al tiempo y al espacio cuyo sentido ha transformado, alterando el que parecía propio de nuestra naturaleza, para asimilarse a la visión espacial y temporal que aparece en nuestros sueños. Tanto el celuloide como la imagen electrónica inciden en todos nosotros al estar nuestra mente configurada con arreglo a su existencia. El hecho de poder ver lo inalcanzable, lo impensable incluso, salvando las barreras de la distancia geográfica y de la temporalidad lo sucedido en el pasado y lo que está ocurriendo en este mismo instante nos hace diferentes de los individuos que han habitado el mundo en otras épocas.
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