Durante más de un cuarto de siglo, los esfuerzos para la reforma educativa han estado bloqueados en una discusión estéril entre los que defendían una forma \\\\\\\'progresiva\\\\\\\' de educación centrada en el niño, y aquellos que pedían la vuelta a un currículo más estructurado dirigido por el profesor, que destacaba el conocimiento básico y las destrezas. Sin embargo, la teoría socioconstructivista de Vygotski ofrece una salida a este impasse, con su reconocimiento de que la continuidad cultural y la creatividad individual son facetas complementarias e interdependientes de toda actividad, y por tanto de las trayectorias de aprendizaje de los que participan en ellas.
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