La radio española actual de alcance nacional es, a mi modo de ver, de una gran calidad. En efecto, las cadenas, tanto privadas como públicas, ofrecen una radio excepcionalmente atractiva. Sin embargo, se detecta una cierta arritmia en la programación: es el latir descompensado entre los bloques de mañana y noche, muy bien resueltos, los dubitativos pálpitos de las tardes y los, al parecer, irremediables desmayos del fin de semana, salvo en los informativos de alguna cadena.
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