Pese a sus más de 40 años de presencia ante los ojos del público, hay que admitir que la televisión es todavía, en gran medida, un medio opaco. Su funcionamiento sigue siendo, en muchos aspectos, difícil de conocer: todavía es poco lo que sabemos sobre sus efectos con respecto a las posiciones del público, los modos de formación de las audiencias, sobre cómo el público usa la televisión y cómo la televisión usa al público. Por otra parte, con el paso del tiempo la televisión ha tenido que conformarse a una trama cada vez más compleja de valores, de necesidades, de derechos e intereses que a menudo figuran entre sus incompatibilidades.
|