Asistimos en los últimos años a un cambio notable respecto a la enseñanza de estrategias para comprender la información escrita. Hasta hace muy poco tiempo, el interés de investigadores y divulgadores residía en mostrar que había un cierto número de estrategias que eran empleadas por los lectores competentes y que podrían enseñarse con provecho a los alumnos de diferentes etapas educativas. Más recientemente, el problema capital es cómo integrar esa enseñanza en el currículum. Este interés por lo curricular se ha visto acompañado en nuestro país por el hecho de que el propio currículum básico considera como uno de sus objetivos la adquisición de esas estrategias con lo que el desarrollo efectivo del currículum reclama de una u otra manera los conocimientos acumulados en diferentes estudios instruccionales.