La Reforma debe modificar la práctica escolar. El fin que justifica todos los cambios, reflexiones y propuestas que hace la Reforma es conseguir una práctica escolar más satisfactoria. Más satisfactoria en relación con los aprendizajes.
Se trata de conseguir mejores resultados en el aprendizaje de los contenidos y en la capacidad de aplicación de los mismos a situaciones reales. Más satisfactoria para los niños, al promover un aprendizaje más fluido, interesante, aplicable, ameno..., en lugar de horas y horas de ejercicios que se convierten en monótonos y desmotívadores y cuya finalidad les resulta difícil de reconocer. Y más satisfactoria para los maestros, que podemos ver nuestros esfuerzos mucho más recompensados.
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