En una etapa histórica de la comunicación de masas en la que el protagonismo industrial, económico, informativo y mitogénico corresponde a los medios audiovisuales, resulta pertinente interrogarse acerca del futuro de este sector comunicativo en la Cataluña que fue, primero, cuna de la actividad fotográfica y luego de la industria cinematográfica peninsular, primero en la etapa muda y después en la sonora, pero que hoy vive en un contexto de desplazamiento de las industrias y de los soportes hacia el ámbito de la imagen electrónica.
Como es notorio, la revolución industrial hizo de Cataluña un polo de desarrollo económico y cultural peninsular, otorgándole un protagonismo en el sector de las comunicaciones que todavía conserva en algunos aspectos. Así, por ejemplo, la densidad del servicio telefónico es en Cataluña superior a la de toda España y a la de Italia, aunque es inferior a las de Francia, Alemania y Reino Unido y es similar a la que ostenta Bélgica. Citamos este dato porque es bien conocida la correlación que suele establecerse en muchos estudios, entre ellos algunos de la UNESCO, entre densidad telefónica y desarrollo. Esto significa que Cataluña es el Norte de un Sur (del resto peninsular, excluida la franja norteña vascocántabra), tanto medido en términos demográficos, como en renta per cápita y en nivel educacional. Pero si Cataluña constituye un Norte en el complejo comunicacional español, constituye en cambio un Sur en el complejo comunicacional europeo.
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