Escribimos este texto a finales del año 2001 y hemos iniciado otro curso. ¡Uno más de tantos! La escuela, nuestra escuela, ha cumplido un aniversario importante: lleva diez años ininterrumpidos impartiendo clases de español para extranjeros.
Iniciamos la andadura de trabajar sistemáticamente con extranjeros a raíz del cambio de la estructura organizativa del Centro Penitenciario. En la primavera de 1991 este centro cambió de ser de primer grado, con un régimen de vida cerrada; a ser de segundo grado, con una vida más normalizada, mayor cantidad de actividades incluidos talleres productivos y un tipo de interno menos problemático en cuanto a su forma de comportarse. Este cambio dio lugar a la llegada de más de ciento cincuenta internos extranjeros procedentes de Canarias en junio de 1991. Su falta de arraigo en el territorio español favorecía su traslado a Daroca, localidad mal comunicada con núcleos de población importantes; y que, por lo tanto, no esta próxima a su entorno familiar para internos de origen nacional. El hecho de proceder directamente de las Islas Canarias suponía que estos internos llevaban poco tiempo en territorio español y, por lo tanto, casi no tenían conocimiento de nuestro idioma.
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