Parece difícil refutar la afirmación de que existe relación entre la práctica de actividad física y salud. Lo que resulta más discutible es la naturaleza de dicha relación”.
Richard Tinning
A partir de la década de los ochenta se produce un cambio en la concepción de la educación física en nuestro país. A este cambio se debe el estudio de las actitudes hacia la actividad física (en adelante AF), entendida como predisposición adquirida para responder de un modo favorable o desfavorable con respecto a un objetivo social dado (Pérez Samaniego, 2000).
El estudio de las actitudes hacia la AF ha tomado en los últimos tiempos un enorme auge aunque, sin embargo, no siempre ha tenido en cuenta la complejidad de las relaciones entre AF y salud.
Esta nueva “filosofía” conlleva pasar de una concepción de la educación física basada en el rendimiento, a una educación física basada en la educación para la salud. El cambio se plasmó también a nivel legal en el Real Decreto 1345/1991 dejando así constancia de la importancia en la sociedad actual de estos nuevos valores. En la fundamentación del área de educación física que se hace en las Cajas Rojas, se hace especial hincapié en la adquisición por niños y adolescentes de habilidades suficientes para facilitar la integración en dicha práctica, para consolidar un hábito de práctica sistemática, vinculada a una escala de valores
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