No podemos perder de vista que el nivel de desarrollo de estos alumnos va a depender en gran medida de las posibilidades, experiencias y ayudas que sus entornos (familiar, escolar, social) le hayan facilitado. Debemos dar al aprendizaje un tratamiento funcional, de forma que los niños vean su utilización práctica y su aplicación en actividades de la vida diaria. Aquí está nuestro papel de educadores, proporcionando a cada uno lo necesario para su desarrollo integral en función de sus necesidades y posibilidades, haciendo realidad EL DERECHO A LA EDUCACION.
|