Al comenzar el Siglo XXI, en Indoamérica nos encontramos con una ciencia social de fuerte tradición positivista que se debate interna y externamente por seguir liderando y hegemonizando el porqué, para qué y cómo se debe conocer la realidad científicamente. Paradigma que, en nombre de la universalidad, objetividad y neutralidad que puede alcanzar el conocimiento humano, encubre su propia justificación ideológica, que no es si no histórica, relativa y subjetiva.
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