La reciente reforma electoral que devino en cambios significativos a la Constitución Política y al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales ha sido calificada por un sector importante de los analistas - y no sólo los afines al régimen priísta- como una reforma de fondo. Sin desconocer los avances legislativos logrados en esta reforma electoral, lo cierto es, sin embargo, que falta mucho camino por recorrer en varios aspectos para poder hablar de una legislación democrática, particularmente en lo que concierne al acceso de los partidos políticos a los medios de comunicación en un clima equitativo y que propicie la práctica de la democracia informativa. Existen, por supuesto, elementos objetivos que dan pleno sustento a la afirmación anterior. Me limitaré tan sólo a identificar las cinco inconsistencias principales de la legislación vigente en el tema que nos ocupa
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