Algunos piensan que hay que ser negro, o afroamericano -como claman ahora los orgullosos y respetables pobladores de raza negra en los Estados Unidos- para saber y poder ejecutar la música casi prototípica de la plantación de algodón;de las chozas en las orillas del Mississippi; o de los salones olorosos a sudor, cerveza y botanas del centro de Chicago, por enumerar sólo algunos sitios. La referencia no es otra que al blues
|