Los actos de comunicación durante nuestra vida son siempre diversos, cambiantes y de naturaleza efímera. Para quien imagine la comunicación como un todo masivo, inmenso, de ramificaciones infinitas, debe saber que todo inicia con una de las más sencillas (y por ello soslayadas) formas de comunicación: la comunicación oral.
La oralidad es la madre de la historia y de la civilización misma. Sin embargo el imperio de la escritura y en este siglo de la imagen y sonidos dinámicos, arrinconaron a la comunicación oral enlos rincones donde pueblos y grupos humanos mantienen viva la llama del habla como herramienta principal, no complementaria de la comunicación.
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