A las 19.58 llegó a la parada. Tenía que estar a las 20.
No debía tomar un colectivo. Lo suyo era jugar un partido de pool.
Había acordado con Graciela encontrarse allí pues a ninguno de los dos le gustaba esperar allí donde el que está solo cree que los demás lo imaginan víctima de un plantón
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