El Homo Videns de Giovanni Sartori constituye el punto de partida obligado si se quiere plantear con toda claridad, con brutal claridad, lo que está en juego en el debate en torno a la crisis de la escritura a manos de la cultura visual, la así llamada cultura de la imagen. Pero esa claridad se paga, el costo es una caricatura de la escritura y sus poderes que lejos de favorecer su causa como el medio de la racionalidad, la ponderación del juicio y las distinciones conceptuales, la sitúa en la irresponsabilidad conceptual que es, justamente, lo que Sartori le reprocha a los medios audiovisuales.
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