Antiguamente, en la Polonia comunista, los medios de comunicación tenían que someterse a la doctrina leninista de la comunicación de masas, doctrina que afirma que IL los contenidos de la comunicación están determinados exclusivamente por los intereses de clase social. En el sistema socialista, la función de los medios de comunicación de masas consiste en estimular actividades en apoyo del sistema, educar al hombre nuevo, servir al partido y a la clase obrera, combatir a los oponentes políticos tanto internos como externos (1).
Al ser llevados a la práctica, estos principios desembocaron en un monopolio partido/ Estado para la difusión de información. El papel agresivo, político e ideológico de los medios de comunicación predominaba claramente sobre las exigencias profesionales de objetividad, así como sobre cualquier otra posible función.
Diversos grupos sociales se han opuesto durante mucho tiempo a esta situación. Por ejemplo, entre las reivindicaciones planteadas por los trabajadores de los astilleros en huelga en 1970 y en 1980 figuraban demandas de apertura, veracidad y libertad de información, así como la abolición de la censura. Este tipo de reivindicación se repitió en diversos documentos hechos públicos en diversas empresas en huelga en Gdansk y en Szczecin, en un total de sesenta ocasiones. Si se compara esta cifra con las más frecuentes demandas de subida salarial (que se repiten 276 veces), las demandas concernientes a los sistemas de asistencia sanitaria (57 veces) y las demandas concernientes a la preponderancia de la ley (22 veces), puede verse que la demanda de cambio9sn los medios de comunicación social no ocupaba el último lugar en la jerarquía de necesidades sociales
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