|
Hemeroteca >> Visualiza artículo |
|
Sociología, semiótica, comunicación: un encuentro posible [01-01-2000] |
|
Gerard Imbert
|
|
Han transcurrido casi quince años desde la publicación, en 1976, de «Semiótica y Ciencias Sociales», de A. J. Greimas. La semiótica hoy ha salido de lo que podríamos llamar el impasse lingüístico (la aplicación del modelo lingüístico a la comunicación social) y, de alguna manera, se aleja del modelo semiológico (el estudio de la circulación de signos y de los sistemas de comunicación) para acercarse a una teoría del hacer (de los procesos de producción del sentido) que, aunque atenta a los fenómenos propiamente discursivos (enunciación en particular) y narrativos (construcción de relatos), se va abriendo a una problemática social, posibilitando el encuentro con otros acercamientos metodológicos (pragmática, sociología del conocimiento), permitiendo así establecer puentes interdisciplinarios.
Está emergiendo una sensibilidad semiótica que se refleja en la diversificación de enfoques según los campos analíticos (semiótica del espacio, semiótica de las pasiones, semiótica jurídica, socio‑semiótica, etc.), que coincide por otra parte con un ensanchamiento del concepto de texto y de cultura (véanse los trabajos de Lotman y Halliday en otros ámbitos). Hoy una síntesis es posible (1).
La semiótica en realidad nunca ha dejado de interesarse por la producción social del sentido (Roland Barthes fue uno de los primeros, en la década de los cincuenta, en buscar la ideología en las formas del discurso; Umberto Eco tuvo el mérito de aplicar esta reflexión a la cultura de masas entonces en auge), y aunque se siga dando la primacía al discurso (el principio de inmanencia ya no funciona como dogma), es dentro de una teoría de la acción y de la manipulación que considera el discurso como lugar de interacción y confrontación entre sujetos que contribuye a la construcción social de la realidad.
|
|
|
|