La cartografía supone un instrumento interesante para el análisis de las estrategias de los grupos de comunicación. Su aplicación a grupos europeos y españoles permite ilustrar situaciones y estrategias diferentes.
El estudio de la cartografía de la comunicación permite familiarizarse con una serie de técnicas y herramientas conceptuales de interés para el estudio de las estrategias de los diferentes agentes que operan en dicho sector, que más adelante definiremos de acuerdo con la clasificación que hace el B.I.P.E. (1). Además, ayuda a visualizar de forma rápida y simple las estrategias de diversificación multimedia (MM), a la vez que permite comparar las actividades, los sectores, las ramas hacia las que tienden las diferentes empresas y grupos.
La idea primigenia de representar bidimensionalmente el conjunto de las actividades del campo de la comunicación fue originalmente desarrollada en Harvard, por J. F. Mc. Laughlin y A. E. Birinyi, en 1980. Las cartas que estos autores desarrollaron fueron traducidas y utilizadas en Francia en la primera mitad de la década de los 80 (2).
Las actividades del sector de la comunicación tienen una cierta unidad, por cuanto existen multitud de relaciones técnicas y económicas, que podrían ser tratadas en términos de hileras (3), relaciones que cada vez son más interdependientes y que conforman «más un sistema que una mera colección definida por enumeración» (4).
La denominada cartografía de la comunicación se apoya en un diagrama continuo, según dos ejes: uno horizontal, que opone continente a contenido, y otro vertical, que opone bienes a servicios. El eje horizontal, de izquierda a derecha, recorre las actividades que vehiculan menos información hacia aquellas que vehiculan más; de esta forma iremos de los fabricantes de material pasando por la emisión continua y la tecnocultura (teletexto, videotex), hasta la edición continua (prensa) y discontinua (cine, libro, disco, videocasete) (5). El eje vertical corresponde a una distribución más habitual que sube desde los productos hacia los servicios, desde la fotocopiadora y el aparato de radio hacia las agencias, emisoras de televisión, correos, etcétera.
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