Sucesivas encuestas regionales sobre la informatización de las empresas en España y sus efectos permiten adelantar algunas conclusiones. Entre ellas, que la introducción de la informática es muy reciente y que, aparentemente, no tiene repercusiones sobre el nivel de empleo.
Hacer un balance global de la informatización de las PYME en España es ‑como se verá‑ tarea difícil, por una serie de razones que exponemos a continuación, a la par que iniciamos el comentario y presentación de los distintos estudios de que se dispone sobre el asunto.
La primera observación que cumple hacer se refiere al distinto alcance, tanto en lo que concierne a los sectores estudiados como al ámbito geográfico, los datos aportados o el tamaño de las empresas. Por ello, aunque intentemos extraer hipótesis válidas para nuestra investigación, el alcance de las mismas se verá mediado por la dificultad de comparar, y a veces ni siquiera contrastar, resultados de los distintos trabajos, llevados a cabo con criterios, finalidades y objetivos enormemente dispares.
De las encuestas que presentamos a continuación, por ejemplo, sólo la catalana abarca a todos los sectores. Las restantes están, en distintos grados de especialización, referidas a sectores industriales.
Las fechas de realización, en muchas de ellas son recientísimas, habida cuenta de uno de los rasgos en que hemos hallado una alta coincidencia: lo reciente de la informatización.
Otra razón para la precaución en las comparaciones viene dada por la variación de las definiciones de informatización, que, si en casi todos los casos es matizado, al menos por funciones y áreas, en algunas se puede reducir a lo que podríamos llamar «el grado cero de la informatización»: el uso de un ordenador, ya sea propio o subcontratado. La definición utilizada por IKEI (1984) nos ha parecido adecuada para establecer ese mínimo: «se considera informatizada a toda empresa que utilice servicios informáticos en ordenador propio, compartido o ajeno para la ejecución de una o más funciones».
La propia definición de PYME es también un obstáculo para la generalización/comparación de los estudios: en el caso de la encuesta de TEKNIKER las PYME llegan hasta los 600 trabajadores. En otros, como el caso de Valencia, se trata en la práctica de empresas mayores de 20 trabajadores, precisamente en un tejido industrial caracterizado especialmente por el predominio de la empresa menor, lo que lleva a la sorprendente constatación de que el 88 por ciento de las PYME valencianas cuentan con, al menos, un ordenador.
En otros casos ún, la definición de PYME se ha hecho con un criterio de facturación: hasta 700 millones anuales, lo que incluiría unas 600.000 empresas. Se trata de un estudio llevado a cabo por una empresa de ordenadores que nos ha facilitado los datos bajo reserva de confidencialidad y globalidad en su comentario
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