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Dos millones de marcos federales para una exposición de vídeo escultura: una multinacional japonesa fabricante de equipos audiovisuales electrónicos establecida en Alemania ha aportado esta suma aproximadamente ciento veinticinco millones de pesetas‑ a una gran muestra retrospectiva que presentará, en Colonia, Berlín y Zurich (Suiza), cuarenta y cinco vídeo‑instalaciones, vídeo‑circuitos, vídeo‑montajes... concebidos, producidos, realizados, inscritos y reconocidos estricta y unívocamente en el campo del arte; eso es, que su finalidad última y principal no fue, no ha sido y no es otra que la propia y específica del arte, de la comunicación artística del goce y el deleite estéticos, de las intuiciones y vivencias creativas, nacidos de este especial sentido crítico y vitalista que el arte da a las cosas.
Quizás un buen número de lectores de esta publicación dedicada a temas de comunicación, tecnología y sociedad se preguntarán ‑como hace unos años interpeló al que suscribe el entonces director general para España de la misma compañía indicada‑: ¿Usted cree que esto es arte?
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