La redacción electrónica supone una seria transformación del tratamiento de las imágenes. El proceso de producción del periódico sufre aquí también cambios trascendentales.
El desarrollo espectacular que en los últimos años ha sufrido la microelectrónica en aplicaciones como la Informática y las Telecomunicaciones ha impulsado y motivado cambios profundos en la forma en la que la información sonora, gráfica, textual o numérica es recogida, almacenada, procesada y diseminada o transmitida al usuario final.
Lógicamente, esta dinámica de cambio ha afectado a los medios de comunicación de masas, principalmente en sus métodos de producción. En el caso concreto de la Prensa, quizá el mayor exponente del avance tecnológico sea la denominada “Redacción Electrónica”, con cuya implantación el papel, como soporte intermedio de la información, ha sido sustituido por el soporte electrónico, dando lugar a la práctica desaparición de la tradicional máquina de escribir, que ha sido suplantada por los vídeo‑terminales de redacción.
Pero esta sustitución del soporte/papel no se ha dado únicamente en el campo del tratamiento de textos, sino también en el del tratamiento de las ilustraciones.
La Redacción Electrónica aporta importantes novedades en este último campo, como es la entrada del soporte electrónico para las ilustraciones o, lo que es lo mismo, la posibilidad de tratar digitalmente esas ilustraciones.
La idea de tratar y generar imágenes mediante ordenador va unida simultáneamente al nacimiento de éstos. Ya en sus orígenes se intentaba conseguir la reproducción de diferentes tonos de grises mediante la superposición de caracteres y con la utilización de impresoras se creaban ilustraciones en blanco y negro. Según Gómez‑Cornejo, el punto de partida real para conseguir imágenes por ordenador hay que situarlo en el año 1951, cuando se realiza por primera vez, en Cambridge (Massachusetts), la conexión de un ordenador a una pantalla de tubo de rayos catódicos
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