Las transformaciones provocadas en la radio británica por el Gobierno Thatcher, el retroceso de la BBC y la liberalización comercial del medio ponen de relieve la necesidad de una radio comunitaria de servicio público.
En Gran Bretaña, el gobierno Thatcher anuncia planes para la desregulación de la radio, creando una dura competencia para la BBC tanto en el plano nacional como a nivel local. Este artículo (*) se pregunta de qué forma la auténtica radio comunitaria, sin fines de lucro, puede llegar a dar un nuevo tipo de servicio público, quizás en colaboración con la BBC.
En 1986 el gobierno Thatcher ponía fin a su experimento de radio comunitaria anunciando que prefería esperar a la aparición de un Libro Verde que debía definir el contexto en el que esas emisoras iban a funcionar. El Libro Verde de 1987 (1), Radio Choices and Opportunities, contiene, junto a respetuosas referencias a la radio de servicio público, una serie de radicales propuestas de desregulación de la radio.
En lugar del canal comercial único que esperaba el sector, el gobierno planteaba tres canales que utilizarían dos frecuencias arrebatadas a la BBC y una tercera que quedaría disponible con la reasignación internacional de frecuencias de principios de los 90. Se auspiciaba la existencia de cientos de pequeñas emisoras sin distinguir entre emisoras comerciales y emisoras comunitarias auténticas y sin fines de lucro. De hecho apenas se mencionaba el concepto de radio comunitaria, y al mismo tiempo, en este sector, definido como comercial, se excluía cualquier financiación pública de la radio. Las emisoras locales de la BBC seguirían prestando sus servicios a nivel local, pero las emisoras comerciales quedarían exentas de cualquier obligación en este sentido, bajo la benigna supervisión de la Independent Broadcasting Authority (IBA), que actualmente controla la cadena comercial Independent Local Radio (ILR), o de la flamante Cable Authority, o incluso de una Radio Authority de nueva creación.
El Libro Verde exige que se ponga fin a la práctica del "simulcasting" (emisión de una misma programación por longitudes de onda distintas), y, en una frase cargada de intención, deja a la BBC en libertad de "decidir su grado de compromiso con la radio local teniendo en cuenta sus disponibilidades de recursos" (2). Recursos que quedarían en los márgenes definidos por una propuesta del Comité Peacock (3) que ya está en vigor: la vinculación del canon de audiencia con el índice de Precios al Consumo. El Libro Verde rechaza explícitamente la propuesta del Comité Peacock de que la BBC pueda aceptar publicidad.
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