Los conceptos que significan encontrar una nueva forma de uso para las tecnologías creadas con una cierta política de consumo son permanentes tanto en el tercer mundo como en el interacción de los organismos solidarios del norte y el sur. El signo genético que pudo haber marcado el ingreso de cierta tecnología en los mercados avanzados adquiere nuevas connotaciones al encontrarse con las necesidades y urgencias de los países más pobres y los sectores sociales oprimidos.
Desde hace un par de meses Amnesty International, la organización preocupada de los derechos humanos y los presos de conciencia en todo el mundo, puso en marcha la "Red de Acción Urgente". Para ello usa los microcomputadores, los modems (tarjetas de comunicaciones), los teléfonos y todo el instrumental que las redes teleinformáticas están multiplicando con gran celeridad, gracias a los cuales ha logrado un impacto significativo en su tarea. Alrededor del 35 por ciento de los casos de acción urgente reportaron un cambio favorable: presos "desaparecidos" que reaparecen, sentencias de muerte conmutadas, situaciones de incomunicación que terminan.
Desde el momento que Amnesty International recibe una denuncia urgente, pone toda la información dentro de una conferencia electrónica cuya clave es "Al. UAN". Son las letras en inglés correspondientes a Amnesty International: Urgent Action Network. Dicha conferencia se encuentra dentro de la red internacional Pescenet, también de reciente formación. Los activistas de la paz y los derechos humanos de todo el mundo recogen la información y envían telegramas, cartas y llamados urgentes a los gobiernos y autoridades responsables del caso crítico.
Sin duda, el elemento clave de esta operación es la velocidad del trabajo. Amnesty International difunde la información urgente en pocas horas, y también de un día para otro comienza a sentirse la presión en favor del perseguido. El gran salto se dio gracias a un nuevo mundo de comunicaciones: las redes de microcomputadores.
|