Hace sólo unos meses el Parlamento Europeo ha puesto en marcha un programa propio de evaluación tecnológica. El STOA (Scientific and Technological Options Assessment) plantea tres líneas iniciales de investigación: los efectos de la desregulación de las telecomunicaciones, la contaminación química transfronteriza y la investigación en fusión nuclear. El autor de este articulo, uno de los propulsores del proyecto, describe las directrices, objetivas y contenidos del programa.
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