Iniciado tardiamente por condicionamientos políticos, el video de creación no se animará en España hasta los años ochenta. Consolidado hoy como sector artístico y de comunicación, la actividad videográfica se enfrenta sin embargo a serios problemas de producción y difusión.
En la desorientada reflexión . crítico teórica del sector vídeo una nueva preocupación ha aparecido con cierta insistencia en los últimos años. Nos referimos a la búsqueda de rasgos diferenciadores de las
distintas producciones nacionales, al debate sobre la existencia de escuelas nacionales.
No es extraño este prurito si consideramos los importantes escollos que el corpus crítico teórico de vídeo encuentra a la hora de articular una reflexión consecuente sobre las prácticas videográficas y las dificultades que tiene para elaborar una clasificación que supere el burdo empirismo o que delimite con exactitud su territorio.
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