Trece intelectuales españoles participaron en una experiencia de interconexión a través de ordenador para facilitarles el intercambio y discusión de aportaciones alrededor del tema “Las Nuevas Tecnologías del Saber”.
Siempre que alguien diseña un experimento o define una situación de laboratorio ‑esto es, somete un número de variables de control‑ pretende contrastar alguna hipótesis en un campo más o menos preciso, si no corroborar una determinada sospecha o un cierto diagnóstico.
Cuando propusimos a FUNDESCO patrocinar la primera experiencia en España de “teledebate asistido por ordenador” se entrecruzaron una serie de líneas de intereses diversos pero convergentes, lo cual dotó a la experiencia de una complejidad y riqueza añadidas, de tal modo que sus resultados van a poder ser valiosos en varios campos y bajo diversas perspectivas.
En primer lugar, FUNDESCO reconoció en el proyecto un determinado carácter de indagación prospectiva en el futuro de los usos sociales de las nuevas tecnologías que coincidía escrupulosamente con sus definidas líneas de actuación. En segundo, y por nuestra parte, había un fuerte interés por ver corroborada una cierta sospecha de carácter más marcadamente filosófico, una especie de tesis epistemológica que se refería a la variación o desplazamiento que el estatuto de los discursos de saber habría de sufrir en el futuro más inmediato ‑esa anticipación que uno vive como lo actual, que le configura en tanto sujeto de preocupaciones‑ una vez la interacción comunicativa de la que resulta el “saber” ‑entendido como discurso favorecido por la credibilidad en un cuadro espaciotemporal definido‑ se viera definitivamente afectada por la introducción generalizada de las nuevas tecnologías de la información. En tercero y último lugar, todavía, nos encontramos frente a una situación enunciativa absolutamente novedosa pero perfectamente practicable a medio plazo, cuyo valor de cara al futuro de la interacción en microcomunidades de investigación merecerá la pena en adelante tener en cuenta.
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