Vivimos en la actualidad una serie de fenómenos dispersos, que raras veces se presentan trabados en un sentido ideológico de modo que, mostrando sus conexiones, se pueda intentar una explicación más o menos global de los mismos que justifique las razones de su aparición. La única razón que
se muestra para su existencia es una pretendida revolución tecnológica que parece no obedecer a ninguna causa, que se presenta siempre como un elemento ajeno a las fuerzas y poderes sociales y que parece regir nuestros destinos por sí misma, sin que la sociedad haga otra cosa que defenderse o adaptarse a ella, para sacarle el mayor provecho o para que haga el menor daño posible según el talante optimista o pesimista de quien analiza el fenómeno. En cualquier caso sería la primera revolución que no obedece a tensiones entre las fuerzas sociales y que se realizaría por motivos casuales y como desde fuera de la sociedad. Está pendiente ‑al menos‑ la difusión de un análisis que ligue los fenómenos que se vienen produciendo en el desarrollo de la tecnología en la sociedad actual con ánimo de conocer sus orígenes y las razones que motivan su evolución.
Esbozamos en este editorial una hipótesis con ánimo de prestar al lector un elemento de trabajo más que una afirmación contrastada.
Desde principios del siglo XIX se ha ido gestando en la sociedad una articulación del poder de los trabajadores que ha dado lugar a verdaderas estructuras de contrapoder de las clases sociales más poderosas y que, mediante medios de presión desarrollados paulatinamente, han conseguido un control impensable de las decisiones tomadas por estas clases sociales poderosas en el comienzo de la llamada revolución industrial. Los primeros elementos de lucha de la clase trabajadora eran elementales y elementales eran, por tanto, los de respuesta; pero poco a poco los trabajadores han ido generando mecanismos de autoprotección y articulando sus estructuras de presión social con la creación de sindicatos y partidos políticos, cuyo poder en el terreno de lo real ha demandado respuestas más sofisticadas adaptadas a las nuevas circunstancias.
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