Una visión histórica y panorámica de la dispersión de organismos y competencias muestra el caos tradicional de las telecomunicaciones en España. Y permite asegurar la necesidad de construir un modelo global a seguir.
Las telecomunicaciones constituyen, sin lugar a dudas, un elemento de significación estratégica esencial en cualquier política que se trace para configurar el futuro de 16 cualquier sociedad desarrollada. La importancia que las telecomunicaciones tienen en el correcto desenvolvimiento del entramado social quedan evidentes cuando, por las razones que sean, estas fallan. A la simple necesidad de comunicarse, que puede considerarse ya como básica en todo el territorio nacional, el desarrollo tecnológico en que inevitablemente nos hallamos sumergidos ha traído consigo la incorporación de la informática a las telecomunicaciones, y consecuentemente, el nacimiento de la «sociedad de la información».
El tremendo condicionante que la telemática supone para el futuro de cualquier país desarrollado ha provocado en todos ellos una profunda preocupación por ordenar y facilitar su implantación. Puede decirse, y existen innumerables ejemplos de ello, que los países que gozan de suficiente renta per cápita nacional han iniciado una desenfrenada carrera para ocupar los primeros lugares de la sociedad de la información, abstractamente denominada sociedad post‑industrial. Y ello se logra en base, fundamentalmente, tanto a una coherente legislación interna que facilite la pronta incorporación de los servicios basados en la telemática a los procesos sociales propios, como a una íntima colaboración entre quienes hacen posible tal legislación y quienes son responsables del desarrollo industrial para, de forma coordinada, lograr que la industria nacional corra paralela en logros a la implantación de los servicios.
Parece, por tanto, evidente que tan importante resulta legislar de forma adecuada y oportuna, como lograr que el suministro de los nuevos servicios que tal legislación permita se encuentre cubierto por una producción propia que garantice un desarrollo tecnológico que, de otra forma, no existiría. De aquí que este trabajo, pretenda cubrir ambos aspectos.
|