Tengo el honor de comunicarle que he recibido su carta del 28 de Diciembre de 1983, por la cual, de acuerdo con el artículo 11, párrafo 6, de la Constitución, usted me notificaba la retirada de los Estados Unidos de la UNESCO con efecto desde el 31 de diciembre de 1984. He notificado debidamente su comunicación al Presidente de la Conferencia General y al Presidente del Comité Ejecutivo.
Además, he solicitado la inclusión del siguiente tema en la agenda provisional de la sesión 119 del Comité Ejecutivo, que tendrá lugar el 9 de mayo de 1984: «Comunicación del Secretario de los Estados Unidos de América referente a su retirada de la UNESCO».
Aunque no me corresponde expresar opinión sobre una decisión soberana de su gobierno, no puedo por menos que decir cuán profundamente lamento la retirada de la Organización de uno de sus miembros fundadores, cuyas autoridades, educadores, científicos e intelectuales de toda clase han aportado hasta ahora una destacada y constante contribución al trabajo de la Unesco a la vez que, sin duda, se han beneficiado ellos mismos de dicha cooperación. Siempre he puesto énfasis en la necesidad de mantener la universalidad de la Organización y he intentado, haciendo uso de todas las prerrogativas que están en mi mano según la Constitución, y por la confianza depositada en mí por los Estados Miembros, aconsejarles en el sentido de evitar una posible expulsión de algunos de sus miembros de la UNESCO.
La decisión de su gobierno de retirarse en el caso de hacerse efectiva, afectarla al mismo principio de esa universalidad.
Le agradezco la estima que me manifiesta así como sus palabras de reconocimiento relativas a los esfuerzos que siempre he hecho en la Organización para conseguir resultados satisfactorios de su trabajo.
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