Pocas veces una reflexión ética sobre las comunicaciones tiene el rigor que le permite ir más
allá de las peticiones de principio. Es así como Sergio Ramírez Lamus supera largamente esta
barrera al aproximarse desde los dramáticos acontecimientos del Palacio de Justicia de
Bogotá a un análisis crítico sobre las ideologías profesionales.
El criterio exclusivamente profesional se superpone al moral y la responsabilidad ante los
acontecimientos se diluye en un conformismo donde medios, políticos y militares no realizan
más esfuerzo que acogerse a los mecanismos de la sociedad profesionalizada.
Finalmente Ramírez Lamus concluye con Enzensberger que "se ha admitido que unos pocos
pensarán, juzgarán y decidirán por los demás".
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