Si admitimos que la experiencia, la razón y la emoción son las principales fuentes de conocimiento del ser humano, es necesario considerar dentro de uno u otro el saber tecnológico; y dependiendo de dónde lo situemos moldearemos una comprensión del hecho tecnológico diferente de otro.
Creemos que la enseñanza, por tanto, debe incorporar los logros técnicos que la sociedad a la que pertenece desarrolla e incorpora en otros contextos; esto nos obliga a considerar la necesidad de un profesorado que disponga de formación y medios necesarios. (Martínez, 1995:321)
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