En los últimos años se ha observado entre el colectivo de formadores de profesores de educación física una preocupación por mejorar la calidad, sobre iodo en lo que a contenidos de enseñanza respecta. El empeño para conseguir un verdadero desarrollo profesional debe dirigirse ahora hacia otras metas, como la búsqueda de estrategias para que los estudiantes encuentren sentido a lo que aprenden y al modo como lo hacen, mejoren como seres humanos, sean más conscientes y puedan tomar decisiones informadas sobre su práctica docente, y mantengan relaciones democráticas con sus alumnos, a los que han de atender tal y como les gustaría que los atendieran a ellos mismos.
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