La praxis educativa tiene como fundamento, interno o externo, algún tipo de modelo teórico, tendencia o enfoque que le ofrece sentido Interpretativo a quien es capaz de identificar sus claves. Reconocer tales significados es imprescindible para entender cualquier hecho producido en el aula, ya que todos aparecen impregnados por la intencionalidad política del acto de educar. Sin embargo, para muchos profesionales y estudiantes, discutir las tendencias filosóficas (o si se prefiere, educativo-pedagógicas) significa invertir en una teoría superada y sin aplicación práctica. En este trabajo se defiende la importancia de esos conocimientos en la formación inicial y permanente del docente de Educación Física, considerando su utilidad práctica para la comprensión de ciertos comportamientos y opciones profesionales.
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