La vida en las aulas de Educación Secundaria suele estar presidida por el conflicto surgido de la contraposición de intereses entre dos colectivos enfrentados: el del profesorado y el del alumnado. Este conflicto se agudiza en la actualidad por el carácter comprensivo de nuestro sistema educativo, que deja pasar los problemas que antes quedaban fuera de los centros. El alumnado participa en la toma de decisiones en el aula mediante una cultura muy diferente ala académica: la resistencia al poder y control hegemónico que detenta el profesorado. Se trata de una forma de participación predemocrática, que no facilita el diálogo en igualdad deposición entre profesoreslas y alumnoslas sobre las cuestiones importantes en los centros: el qué y cómo se aprende y qué y cómo se evalúa lo que se aprende. Como vía de solución se propone el currículum democrático, que supone una reconstrucción del currículum oficial que integre adecuadamente a la mayoría de estudiantes, y la evaluación educativa como espacio que facilite y garantice la participación del alumnado.
|