El autor propone que, mediante el trabajo en equipo, cada centro contemple en su planificación la utilización de la biblioteca escolar como recurso importante para desarrollar la competencia lecto‑escritora del alumno, el acercamiento gozoso al hecho lector y la adquisición de hábitos de trabajo que conlleven el uso de fuentes documentales distintas al libro de texto como única fuente de in/formación. Asimismo, invita a crear ambientes lectores y escritores en cada colegio que conviertan la lectura y la escritura en actos cotidianos, desmitificando las falsas ideas que aún perduran respecto al libro, la lectura, la escritura y el propio acto de estudiar y aprender. Verbigracia: leer es un acto difícil, aburrido, sin utilidad; para escribirse requiere un don especial, pues el referente sigue siendo todavía literario; estudiares un deber apático y tedioso.
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